Uno de los coches que más trabajo me ha llevado decorar, tanto en la pintura como en la colocación de las calcas. La carrocería debía tener algún tipo de tara en el techo ya que, a pesar de haberla tratado de la forma habitual (desengrasar, lijar, imprimar, etc...), en el momento de aplicar el color amarillo se producían una serie de aguas absolutamente extrañas. Hasta tres veces pinté y despinté el techo y, aunque casi me da vergüenza decirlo, tengo fotos que demuestran que la tercera vez lo pinté... a rodillo!!! Y ni por esas. Me dí por vencido y como las calcas cubrían buena parte del defecto, por una vez en la vida, me rendí y así se quedó. Luego, el aplicar el segundo color, ese azul marino, no conllevó ningún problema. Menos mal, porque ya estaba al límite de mis fuerzas.
El siguiente problema que se me planteaba y que tampoco era precisamente fácil de resolver era cómo adaptar una hoja de calcas pensada únicamente para un Fiat 131 a una carrocería sensiblemente más pequeña como la del Ritmo. Aun así, creo que el resultado ha sido bastante más que aceptable; a mí personalmente es un coche que me encanta.
Los cristales están recortados uno a uno a medida y tanto los faros principales como los 4 supletorios fueron cedidos por mi buen amigo Fran de Hobbyaescala. Finalmente, sólo quedaba adaptarle un chasis de Accent (Cartrix) y unos ejes con llantas Targa, a la espera de encontrarle otras más adecuadas.
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